Felix Mendelssohn (Hamburgo, 1809 – Leipzig, 1847)
Sueño de una noche de verano
Felix Mendelssohn fue quizás el más famoso niño virtuoso de la tradición clásica occidental, después de Mozart. Creció en un ambiente profundamente estimulante, en una casa llena de libros y de música, visitada con frecuencia por personajes como Alexander von Humboldt y Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Él y su hermana Fanny fueron músicos extraordinariamente talentosos desde pequeños, y su otra hermana, Rebecca, era una virtuosa de las lenguas: podía leer a Homero en el griego original.
Entre los autores que se leían vorazmente en la casa Mendelssohn estaba Shakespeare, y su Sueño de una noche de verano, con sus hadas y su magia, era uno de los favoritos de la familia. A los 17 años, el joven Felix compuso la obertura homónima, que sigue siendo una de sus obras más interpretadas. Se comienza con cuatro acordes, y después emerge un motivo que nos recuerda los pasos traviesos de las hadas del bosque. Una fanfarria —la música de la corte real de Atenas— nos lleva al segundo tema, el que acom paña a los dos pares de amantes que se escaparon al bosque. Los últimos temas de la exposición nos refieren al grupo de actores que ensayan en el mismo bosque, puntuados por el enorme rebuzno en las cuerdas del personaje llamado Bottom, a quien un hada pone cabeza de burro. Estos temas musicales se desarrollan y recapitulan en forma sonata.
Dieciséis años después, esta obertura fue la semilla de la música incidental para una adaptación de la obra de Shakespeare. En ella, el primer acto transcurre sin música. Se introduce la historia en la que los dos pares de amantes, y el grupo de actores, van al bosque. El scherzo es un primer intermezzo, después del cual una caprichosa marcha introduce a las hadas de la historia, Oberón y Titania. Oberón, quien está enojado con Titania, decide ponerle, mientras ella duerme, la leche de una flor mágica en los ojos: una poción amorosa que le incitará a enamorarse de la primera criatura que vea. Una pieza vocal acompaña el sueño de Titania. Después aparecen los cuatro amantes, y otro ser mágico, Puck, coloca la poción amorosa sobre los ojos de uno de ellos y provoca que se enamore de la mujer equivocada.
El segundo intermezzo refleja la inquietud y confusión de la otra amante, quien de pronto se quedó sin su amado. Después viene la marcha de los actores que entran a escena, incluyendo a Bottom, quien recibe su cabeza de burro y resulta ser el primer ser que ve el hada Titania al despertar, lo que genera gran confusión. El romántico nocturno posterior refleja el sueño profundo de los cuatro amantes, al final de un caótico día lleno de magia. Los amantes despiertan y piensan que los eventos de la noche anterior
fueron sólo un sueño.
Felizmente, se casarán las dos parejas reconciliadas. Suena la famosísima marcha nupcial, quizás la pieza musical más popular
que compuso Mendelssohn. Un largo final ata los últimos hilos de la historia. Los actores (y Bottom ya sin cabeza de burro) interpretan su obra; la magia de las hadas concluye y la partitura termina en un amanecer, con los mismos cuatro acordes con los que empezó, pero ahora cargada del sentido de todas las aventuras que se vivieron a lo largo de la obra.
Esta nota al programa fue publicada en el Programa general de la 3a temporada 2024 de la Orquesta Filarmónica de la UNAM “Música y Literatura”.